Vivimos en un entorno digital que no deja de evolucionar, y los directores de seguridad en empresas de cualquier tamaño y sector tienen la ardua tarea de comprender y mitigar un ecosistema de la ciberdelincuencia cada vez más complejo. Los atacantes aprovechan herramientas y tecnologías de última generación para identificar y explorar las vulnerabilidades de los sistemas, por lo que el éxito de las empresas de hoy en día depende en gran medida de su capacidad para identificar, analizar y proteger estas vulnerabilidades. Este proceso se conoce como gestión de vulnerabilidades.
En este artículo especializado, vamos a explorar los pasos que deben seguir las organizaciones para identificar las vulnerabilidades presentes en su arquitectura de seguridad. Además, analizaremos los mejores métodos para establecer un programa sólido de gestión de vulnerabilidades y el impacto que puede tener su implementación en una empresa.
Por último, identificaremos las fases de la gestión de vulnerabilidades y su funcionamiento al unísono para crear una solución eficaz de ciberseguridad.
La gestión de vulnerabilidades permite identificar, localizar, evaluar y corregir las vulnerabilidades presentes en los sistemas operativos, aplicaciones, navegadores web y cualquier otro segmento de la arquitectura informática. Es un proceso activo que evoluciona en paralelo a las amenazas de ciberseguridad como el phishing y los ataques de ransomware. Es fundamental que las empresas implementen un proceso de gestión de vulnerabilidades si quieren garantizar la seguridad de la infraestructura, proteger los activos más importantes y cumplir con los marcos de gestión del riesgo.
Los dos conceptos erróneos sobre la gestión de vulnerabilidades más frecuentes son: la idea de que la gestión de vulnerabilidades y la gestión de parches son procesos similares y la creencia de que no existen grandes diferencias entre la gestión de vulnerabilidades y el escáner de vulnerabilidades.
Sin embargo, es importante considerar lo siguiente:
Existen otros mitos sobre la gestión de vulnerabilidades:
La primera fase del proceso de gestión de vulnerabilidades consiste en identificar los activos de la organización, ya que contar con un inventario actualizado te permitirá jerarquizar los activos y determinar cuáles de ellos son vitales para tu negocio. Los activos tangibles son los dispositivos, firmware, dispositivos de red o cualquier otro componente tecnológico, mientras que entre los activos intangibles se encuentran las personas, datos, propiedad intelectual, reputación, etc.
Para conocer el valor y la vulnerabilidad de tus activos es necesario llevar a cabo una evaluación actualizada de los posibles riesgos y determinar cuáles de ellos requieren una mayor protección. Esta evaluación permite categorizar y jerarquizar el inventario y definir los elementos críticos para el negocio que podrían causar un mayor impacto en caso de recibir un ataque de ciberseguridad.
La siguiente fase consiste en analizar qué activos pueden ser vulnerables y establecer los elementos débiles de la infraestructura que pueden servir como objetivo para los ciberdelincuentes. La identificación de vulnerabilidades suele llevarse a cabo mediante dos métodos: el escáner de vulnerabilidades y las pruebas de penetración.
En este método se suele emplear una herramienta de seguridad automatizada que examina los siguientes sistemas accesibles en una red de seguridad:
Entre las herramientas de escáner de vulnerabilidades más comunes se encuentran Wiz, PingSafe y Burp Suite.
Las pruebas de penetración pueden acompañar al escáner de vulnerabilidades. Este método se diferencia en que el análisis exhaustivo se realiza mediante personal experto en seguridad que simula las capacidades de ataque del ciberdelincuente para conocer mejor las posibles vulnerabilidades del sistema.
Tras identificar las vulnerabilidades y completar un escáner de vulnerabilidades o una prueba de penetración, es necesario evaluar cada una de las vulnerabilidades y categorizarlas en función del riesgo y las consecuencias de un ataque.
Las vulnerabilidades de ciberseguridad se identifican, definen y jerarquizan mediante el valor de la CVE, una lista de vulnerabilidades y exposiciones comunes divulgadas públicamente. A continuación, el CVSS (sistema de puntuación de vulnerabilidad común) permite obtener una puntuación numérica que establece la gravedad y el riesgo de la seguridad de las vulnerabilidades. Es necesario considerar los siguientes aspectos a la hora de dar prioridad a una vulnerabilidad y determinar los puntos débiles que pueden suponer un riesgo serio para las empresas:
Tras evaluar y categorizar las vulnerabilidades, el equipo de seguridad deberá decidir cómo tratar cada una de ellas. Entre las estrategias que se pueden adoptar para proteger las vulnerabilidades se incluyen:
Eliminar las vulnerabilidades de los sistemas, redes y aplicaciones actualizando o implementando parches mediante las herramientas de gestión adecuadas. Durante la eliminación también se pueden actualizar el sistema, la plataforma y la configuración de los servicios, suprimir el proceso que es vulnerable o acabar con la funcionalidad a nivel general.
Si no es posible eliminar la vulnerabilidad por completo, será necesario adoptar una serie de medidas de seguridad para reducir la amenaza de la vulnerabilidad, como la implementación de una solución temporal que disminuya el riesgo de sufrir un ataque.
No existe un remedio para todas las vulnerabilidades, y en ocasiones se debe aceptar que existen puntos débiles que suponen una amenaza de bajo riesgo en el funcionamiento de una organización. Para aceptar una vulnerabilidad, es necesario que el equipo de seguridad sopese el riesgo de vulnerabilidad y el coste de remediarlo.
Identificar, abordar y remediar vulnerabilidades puede ser una tarea compleja. El proceso conlleva tal precisión y complejidad que puede impactar directamente a los recursos y al presupuesto y dilatarse en el tiempo con métodos ineficaces.
La mejor estrategia para identificar y remediar una vulnerabilidad con rapidez es combinar un equipo experto con procesos y tecnología, ya que estos tres pilares permiten que las empresas sigan los pasos que se muestran a continuación para lidiar con las debilidades lo más rápido posible:
A pesar de que cada empresa puede tener sus propias debilidades en lo que respecta a la ciberseguridad, existen una serie de vulnerabilidades muy habituales que afectan a la mayoría de las organizaciones, independientemente de su tamaño. Para gestionar este tipo de vulnerabilidades, será necesario combinar una serie de medidas técnicas y no técnicas basadas en el factor humano.
Aquí os presentamos algunas de esas vulnerabilidades y las prácticas recomendadas para su gestión:
Las contraseñas débiles son una de las vulnerabilidades más frecuentes en las empresas y más sencillas de atacar para los ciberdelincuentes. Para gestionar este tipo de vulnerabilidad, se recomienda implementar políticas de contraseñas seguras como la autenticación de múltiples factores (MFA), los gestores de contraseñas y la obligación de cambiar de contraseña cada cierto tiempo. Además, cada vez hay más empresas que invierten en tecnologías de autenticación sin contraseña y políticas de confianza cero.
Un software que no se actualice con regularidad puede ser un blanco sencillo para los ciberdelincuentes. Para evitar esta vulnerabilidad, es necesario actualizar el software, implementar soluciones automatizadas de gestión de parches y evaluar y probar el sistema con regularidad.
Los ataques de ingeniería social como, por ejemplo, el phishing, pueden engañar a los empleados para que compartan información confidencial o pulsen en enlaces maliciosos. Para evitar este problema, se recomienda formar y concienciar a los empleados, implementar soluciones de seguridad para el e-mail y establecer planes de respuesta a incidentes cuando haya sospechas de ataques de ingeniería social.
Las amenazas internas suponen un gran riesgo para tu negocio, tanto si son intencionadas como si no. Las empresas deberían implementar controles de acceso, supervisar la actividad de los empleados, revisar los antecedentes con regularidad y formar a los empleados en seguridad con frecuencia.
Las vulnerabilidades de la seguridad en la nube pueden ser difíciles de gestionar, ya que suele requerir de la colaboración entre el proveedor del servicio y el cliente. Para garantizar la protección, se recomienda realizar evaluaciones de seguridad del entorno de nube con cierta frecuencia, implementar el MFA, cifrar los datos sensibles y supervisar la actividad inusual.
El desarrollo de un programa de gestión de vulnerabilidades es un proceso complejo que requiere trabajar con mucha atención y contar con el conocimiento y la experiencia adecuados. Los equipos expertos de los proveedores de Managed Detection and Response (MDR) ayudan a las empresas en la gestión de vulnerabilidades siguiendo estos procesos:
El ecosistema de la ciberseguridad no deja de evolucionar junto a la infraestructura y aplicaciones de una empresa, por lo que es necesario llevar a cabo un escaneo y una evaluación continua para detectar y gestionar las vulnerabilidades. Las empresas que quieran garantizar una posición de seguridad sólida tendrán que implementar una estrategia de gestión de vulnerabilidades sin descanso durante las 24 horas, los 365 días del año.
El análisis a pequeña escala del servidor y el escritorio ya no es suficiente para identificar posibles vulnerabilidades. Para garantizar la gestión de vulnerabilidades, es necesario evaluar toda la superficie de ataque y escanear el sistema para encontrar puntos débiles. Además, estos escaneos automatizados deben complementarse con personal experto que trabaje en varias disciplinas y pueda analizar y mitigar posibles riesgos.
Las empresas deben tomar medidas una vez hayan identificado y evaluado las posibles vulnerabilidades. Para ello, es fundamental contar con un equipo especializado que establezca qué puntos débiles se deben abordar y qué medidas adoptar: remedio, mitigación o aceptación.
Centrarse en un único factor, por muy importante que sea, puede suponer dejar otros de lado que podrían ser objetivo de los atacantes. Es necesario que los directores de seguridad adopten una postura global que considere todos los aspectos de las empresas al gestionar las vulnerabilidades como, por ejemplo, problemas internos que afecten a toda la cadena logística o vulnerabilidades que puedan surgir a raíz de la tecnología o del factor humano.
Cada vez hay más empresas que se están dando cuenta de que los programas de gestión de vulnerabilidades no son un lujo, sino una necesidad. El aumento de ciberataques y del impacto de la filtración de datos exige que se adopten medidas específicas para que las empresas puedan operar con normalidad. La medida más eficaz para proteger a estas empresas es el servicio de Managed Detection and Response.
Ackcent es uno de los líderes del mercado en servicios de Managed Detection and Response. Ofrecemos a nuestros clientes una solución de ciberseguridad a medida que aborda las necesidades específicas de cada empresa mediante herramientas de última generación y personal experto para gestionar con solidez las vulnerabilidades y las amenazas a los activos, al mismo tiempo que nos adaptamos a un ecosistema de ciberseguridad en constante evolución.
Nuestra solución completa en ciberseguridad engloba lo siguiente:
Las herramientas, técnicas y procesos de gestión de vulnerabilidades, además de las prácticas recomendadas, permiten reducir al máximo las debilidades de tu empresa y protegerte frente a ciberataques. Sin embargo, Ackcent va un paso más allá para ofrecerte una combinación de tecnología y personal experto que protege cada aspecto de tu empresa con una solución de ciberseguridad avanzada, eficaz y duradera.
Contacta con un experto en MDR hoy mismo para que ayudemos a que tu empresa gestione las vulnerabilidades y construya un futuro más estable y exitoso.
Obtenga recursos en su buzón de forma gratuita